Esta expresión en nuestro dialecto nada tiene que ver con agallas ni con valentía, se usa para definir algo que no funciona pero que lo intenta. Es usado en el entorno automotriz para definir cuando el arranque o el cochinito no logran encender el carro o en el diario vivir para señalar que alguien tuvo la iniciativa de ejecutar algo pero tras comenzarlo no lo hizo. Puede provenir del hecho que acá a la flema que se acumula en la garganta y muchas veces no permite hablar se le llama gallo y el sonido de la voz ante este es ronco. También se usaba mucho en el siglo pasado como sinónimo de tomar o aferrarse a algo propio o ajeno. "El arranque se agalló" "Juan se agalló ya cuando iba a llegar" "La carajita se agalló con la muñeca"
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