domingo, 18 de septiembre de 2016

Centro de arte Lía Bermúdez

En la avenida Libertador donde estuvo el Mercado principal de Maracaibo funciona el Lía Bermúdez, este mercado construido hacia finales de 1920, tras el incendio del anterior, con estructuras metálicas traídas  en barco desde Inglaterra, funcionó desde 1931 hasta 1973, cuando fue cerrado dado las condiciones y el traslado de esta actividad al nuevo Mercado Las pulgas. Se procedió a remodelarlo y convertirlo en Centro Popular de Cultura, para organizar, apoyar, presentar y promocionar las manifestaciones artístico-culturales, experiencia que dura hasta 1982 cuando es cerrado por diversas causas entre las que destacan la inseguridad y las condiciones ambientales, al carecer de aire acondicionado. En 1979 la escultora Lía Bermúdez quien dirigía la Secretará de Cultura del Estado, asesorada por Roberto Guevara y Sergio Antillano propone reacondicionar el lugar, acondicionando totalmente el edificio, con cerramientos y modificaciones para la presentación de espectáculos y eventos artístico-culturales, además de ofrecer algunos servicios: teatro y artes escénicas en general, salas de exposiciones, centro de información y documentación, biblioteca para las artes universales, sala de lectura, sala audiovisual, tienda de arte y cafetín-restaurante  y tras la aprobación el gobierno nacional encarga a MINDUR la tarea en la persona del arquitecto José Espósito. El 7 de junio de 1990 el gobernador Álvarez Paz crea por decreto el Centro de Arte de Maracaibo dándolo por nombre el de Lía Bermúdez, impulsora y tenaz trabajadora del proyecto, adjudicándole como sede permanente el espacio del antiguo Mercado Principal. El 16 de octubre de ese año por nuevo decreto se crea la Fundación de Estado para el Centro de Arte de Maracaibo Lía Bermúdez (CAMLB) y es entonces cuando se inician los trabajos antes mencionados. El 4 de noviembre de 1993 se inaugura oficialmente el lugar y el ministro de cultura José Antonio Abreu lo declara museo y lo integra a la Red Nacional de Museos. La exposición inaugural reunió a más de 100 de los mejores artistas platicos del país.  Desde ese año comienza su transitar ofreciendo diversas actividades y convirtiéndose en el espacio central de la Cultura dela ciudad y del Estado, presentado entre algunas de sus actividades: Exposiciones de arte, ecológicas,  tecnológicas y científicas, Conciertos de música clásica y popular, agrupaciones musicales, figuras del canto, Danzas nacionalista, clásica y contemporánea, Teatro, Cine Arte (35 mm), Infocentro, Charlas, conferencias, simposios, convenciones y otros, Servicio de Información y Documentación de Arte, Visitas Guiadas, Talleres y Seminarios de Arte y Cultura para niños y adultos, Planes Vacacionales, Tienda de Arte, Cafetería, etc.

Ahíto

Esta palabra es de muy poco uso actualmente en nuestro dialecto, permanece el en hablar de los abuelos de la zona norte del Estado, es asimilada y que fue traída por los españoles y usada en la connotación más frecuente que es estar o quedar saciado o lleno, por efectos de comer demasiado. También la usaron para señalar la indigestión o el empacho e incluso para indicar  un estado de cansancio extremo, pero en estas connotaciones fue usado muy limitadamente, sobreviviendo solo la primera. “Quedé ahíto con ese mojito que hizo la cuñada” 

Echar jareta

Esta expresión todavía usada en nuestro dialecto en el norte del Estado, también tuvo su uso moderado en otras regiones en el pasado y nada tiene que ver con las definiciones que le da el Diccionario de la Real Academia, ya que no está relacionada con costura ni con pesca. Se le señala de esta manera a la acción de echar bromas, molestar, fastidiar, etc., es una sinónimo de mamar gallo, que también es usado actualmente con la misma connotación en algunos estados andinos como Trujillo. Fue traída por los canarios pero no con la connotación local. “Ese primo tuyo no se cansa de echar jareta todo el dia”

Limpiavidrios

Esta palabra que se usa literalmente para señalar a la acción de limpiar algún vidrio o se le endilga a las personas que tienen como parte de su oficio hacerlo, nuestro dialecto la ha tomado también para señalar puntualmente a los trabajadores informales que en los últimos años han aparecido en los semáforos de la ciudad ejerciendo la tarea de limpiar los parabrisas de los vehículos que esperan que la luz verde indique que pueden continuar. Los mismos no cobran una tarifa por la acción sino que el cobro depende de la generosidad del conductor que se le presta el servicio. Es de nueva data con este significado. “Voy a trabajar de limpiavidrios porque l vaina está dura”