Esta
expresión es común escucharla en nuestro dialecto, generalmente con sentido de
queja ante el hecho que una persona se eche demasiado perfume o colonia o que
el aroma de estos sea muy fuerte. Es un contrasentido en el que se usa el
nombre de la creolina, un desinfectante natural muy popular y de uso frecuente
en la región no solo a niveles domésticos
sino también veterinarios y campestres cuyo olor penetrante resulta
desagradable y en campamentos sirve como repelente de culebras. “Mijo estáis
pura creolina, mejor échate un poquito mas”
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