Si bien
es cierto que con esta palabra se identifica el diminutivo de diablo e incluso le
endilga a los niños muy traviesos, en nuestro dialecto su uso es más ligado al
hecho de comer que a los anteriores, ya que llamamos de esta manera un producto
enlatado muy popular cuyo ingrediente es carne de cerdo aderezada con sal, azúcar
y varias especias transformada en una
pasta de consistencia untuosa que se comercializa con el nombre indicado y con
la marca que es el apellido de su inventor William Underwood. Comenzó a venderse en nuestro país en 1896
como producto importado y a fabricarse en el país desde 1961, y el éxito del
mismo provocó el que se le endilgara este nombre no solo a la marca sino al
producto sin importar el fabricante. “Compré
unos diablitos Plumrose que estaban en oferta” “Vamos pal velorio de Isaías que
van a dar galletas con diablitos”
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