miércoles, 25 de septiembre de 2019

Baun


Esta es una palabra de vieja data en nuestro dialecto, a donde llega desde el entorno beisbolero. Es la castellanización por homofonía del término inglés “bound” que significa brincar o rebote, y es usado para indicar que una pelota hizo esto último antes de ser atrapada o seguir su camino produciendo un hit o extrabase. Dado que este deporte es parte de la cultura maracucha y venezolana, la palabra emigró al hablar cotidiano como sinónimo de rebote o picón, como también se le dice, para señalar que algo cayó al suelo y rebotó, incluso personas. Incluso se usa, muy limitadamente,  figurativamente para señalar que algo llegó a través de otra persona.  Sigue utilizándose aunque ya no tan frecuentemente. “Agarré de un baun la olla que se cayó”

sábado, 14 de septiembre de 2019

Bolá o Bolada


Esta palabra era muy común en otras épocas y aún sigue siendo popular de cierta manera en nuestro dialecto.  La misma es asimilada y se encuentra en el diccionario de la Real Academia con 4 connotaciones diferentes siendo estas, tiro que se hace con la bola, caña del cañón de artillería, ocasión propicia, situación favorable y mentira. Las 2 primeras son oriundas de España, la cuarta de Perú  y la tercera de Argentina y Uruguay. En nuestro dialecto se usa esta última en la misma connotación por lo que podría ser herencia de algunos hablantes de esos 2 países del sur que tuvieron contacto frecuente a través del puerto. Lo cierto del caso es que además se usa la palabra en los juegos de mesa para señalar cada ronda que se hace de ellos.  “Me salió una bolá buena para trabajar en el puerto””Me gané 10 bolás seguidas jugando ajiley”

Torta de panela o papelón


Esta delicia pastelera ya es de rara preparación en nuestro estado pero es una variedad autónoma de torta que fue muy popular en muchos lugares del mismo. Su preparación no es tan complicada y los ingredientes eran comunes y económicos. Estos son: 1 panela o papelón, 1 kilo de harina leudante, 2 cocos rayados, 2 huevos, 200 gramos de mantequilla o margarina, 2 cucharaditas de canela molida, 1 cucharadita de bicarbonato y 2 tazas de agua. El modo de prepararla es el siguiente: Se ralla la panela o papelón y se coloca en una olla donde se le agrega el agua de los cocos y las 2 tazas de agua, poniéndose a cocinar a fuego lento hasta que se forme un melao no muy espeso. Seguidamente se rallan los cocos y se le agregan a ese melao junto a la mantequilla, la canela y los huevos previamente batidos. Se mezclan estos ingredientes y se le va agregando la harina y el bicarbonato siguiéndose mezclándose hasta que quede homogénea. Se enharina un envase refractario o un molde previamente enmantequillado y se echa allí la mezcla llevándola al horno previamente calentado a 300 grados por 40 minutos aproximadamente o hasta que esta esté dorada por encima. Se saca del horno y se deja enfriar y luego se coloca en una base o platón.

Ser eneas


Esta expresión fue muy popular a mediados del siglo 20 en nuestro dialecto y ha caído en desuso y ya es raro escucharla. La misma se usaba para señalar a una persona cuyo proceder era violento o arriesgado o que no acataba órdenes y hacia las cosas como le parecía. Esto sin embargo no era sinónimo de antisocial, aunque había casos que así lo fuera. Tambien era usado para endilgárselo a niños traviesos. Deriva del personaje de la mitología grecorromana quien poseía estas características y que fue el padre de los fundadores de Roma. Cabe acotar que en la época que nació y se hizo popular el término la literatura romana estaba de moda en la ciudad de Maracaibo y de ella derivaron incluso muchos nombres de ciudadanos.  “Ese Pradelio es eneas, no le para a nada” “El niño de Pola es eneas, no está un minuto tranquilo”

El Lido


Ubicado en la entrada de que en otros tiempos se llamó el vecindario de la Pomona, este nombre nace señalando un cine fundado en la década de 1960 por un inmigrante italiano proveniente de la ciudad del mismo nombre cuyo nombre es Alessandro Pasini, quien encargó a Guido Fresh, habitante del sector la tarea de su construcción. Era la época en que estos espacios eran las delicias de los maracaiberos y su propietario igual lo era del Internacional y otro en Cabimas.
El lugar estaba dividido en dos espacios, uno preferencial y otro llamado patio, en el primero había techo y en el segundo no, algo común en otros espacios similares de ese entonces. Desde un primer momento nació no solo como espacio para películas sino también para presentaciones teatrales en vivo por lo que su nombre era Cine, Teatro Lido. De hecho en su inauguración se presentaron Mario Suarez y Lila Morillo. Con el tiempo y el éxito el mismo se cerró completamente y pasó a ser un punto referencial en la zona y posteriormente de la ciudad. De tal manera que el nombre pasó a identificar no solo el local sino también el conglomerado de viviendas que lo rodean. La estructura después de 50 años sigue en pie ejerciendo otros menesteres y con remodelaciones y cambios que no hacen olvidar su vieja fachada, pero si no fuera el caso igualmente estaría en el imaginario popular ya que con el mismo no se nombra a la sala de espectáculo sino al lugar y alrededores de donde estuvo en la intersección de la calle 102 con avenida 19. “Mi hermana vive por el Lido” “Te metéis por el Lido y allí preguntáis por el que reapra frenos””


Pinta tripa


Esta palabra es de novísima data en nuestro dialecto (2019) y es una de esas que nacen en tono jocoso pero que tienen también una convicción oculta. Se le llama de esta manera a la bebida en polvo instantánea de fabricación colombiana llamada Samerito, que se ha hecho popular y presente en los expendios de la ciudad, ante la desaparición de las fabricadas en el país. Tiene su razón por el hecho que la misma tiene una cantidad, considerada excesiva por los consumidores, de colorante que como literalmente lo expresa termina coloreando la tripa o el intestino, causando posibles daños. Lo mismo se le endosa a otra bebida similar llamada Bocca, también procedente del vecino país. Ambas vienen en diferentes sabores y una de las razones de su popularidad, además del costo en relación con los refrescos gaseosos,  está en el hecho que son edulcoradas, o sea no necesita agregársele azúcar. Igualmente se le llama deformadamente sanbenito.“Dame un pinta tripa de piña y otro de uva”