Este es
el nombre de un insecto volador que en otros lares llaman abejorro y que tiene
como característica el hecho de zumbar mucho al volar. Nuestro dialecto también
tomó este nombre para endilgárselo a las noticias anónimas escritas en
panfletos y a los brollos de la misma índole que eran colocados por debajo de las
puertas o en lugares que el interesado pudiera encontrar. En estos se
denunciaban diferentes hechos, por ejemplo la infidelidad de la pareja. Tiene
su génesis en el hecho que se creía que cuando un insecto de estos llegaba a
alguna casa, algún habitante de esta recibiría noticias de alguien lejano o
alguna información inesperada, o en su defecto alguien el contaría un brollo.
Ya no se escucha pero era muy popular en la Maracaibo de antaño. “Ana consiguió
un cigarrón que le decía que su esposo tiene un hijo con otra mujer”