Esta palabra se escucha en nuestro dialecto
en la ciudad de Cabimas y alrededores y la misma señala una cabeza grande o en
muchas ocasiones generalizadamente a esa parte del cuerpo aunque no tenga las
dimensiones extras señaladas. Posiblemente sea autóctona o producto de la
homofonía, lo cierto es que la misma grafía se usa en regiones de España, como
Asturia o Castilla, más específicamente en la forma de hablar ayoina para
señalar otras cosas que no tienen relación con la usada acá. En la primera se
señala a una cabra con mucho pelo y en el segundo a la hierba que crece en las
tierras que no se trabajan. Es de vieja data en la ciudad de la Costa Oriental.
“En esa meluya no cabe ningún sombrero”
domingo, 26 de enero de 2020
Huevo revuelto con plátano
Este nombre identifica en nuestro dialecto a una comida
popular y muy consumida en el Municipio Sucre del Estado. Los ingredientes de la
misma son huevo, plátano y sal. Prepararla en sencillo, se colocan los plátanos
a asar, estos pueden ser verdes, maduros o una combinación de ambos y cuando estén
listos se aplastan o trituran, luego se coloca un sartén o paila con un poquito
de aceite en la candela y cuando esté caliente se le echan la cantidad de huevos
que el comensal desee, estos se revuelven para que queden trozos pequeños y se le
agregan los plátanos y sal. Es consumido en desayunos o cenas y es un plato
rico en proteínas, s ele acompaña con café o alguna bebida. “Todas las mañanas
antes de irme a trabajar en el conuco me comía unos huevos revueltos con plátano”
Playa Preludios
Ubicada
en el sector de El Empedrao, a orillas del lago en lo que hoy es la avenida El
Milagro, este comenzó siendo un lugar de pescadores y con el tiempo se
transformó en una playa popular donde las familias iban a bañarse y compartir.
No tenía nombre y el mismo surge según nos relata el ciudadano Nerio León,
motivado a que Pedro Guanipa Criollo, viendo el flujo de personas que visitaban
el lugar puso un tráiler allí donde vendía agua de coco, empanadas, mondongos y
otras cosas y le puso el nombre de su
distribuidora de discos que era Preludios. Sin embargo el lugar fue famoso
porque en ella se ahogaron muchas personas que imprudentemente confiados en sus
habilidades se internaban lejos de la
orilla y eran atrapados por los remolinos que allí se hacían, a consecuencia de
los continuos dragados que se hicieron en el sector desde mediados de los años
20 cuando Pérez Soto los inició para que pudieran atracar en la granzonera situada a unos 400
metros las gabarras que traían piedras desde Isla de Toas. Sin embargo hasta
mediados de los 60 y un poco más fue un lugar pintoresco de reunión familiar
donde también otros comerciantes colocaron sus sitios para vender, entre ellos
un restaurant. En las madrugadas los pescadores lo tomaban como lugar para
ofrecer sus productos al público. Lo que no lograron los dragados y accidentes
lo hizo el petróleo, quien contaminó el sector e hizo prohibir a las personas
bañarse en el lugar. Sin embargo uno que otro osado lo siguió haciendo, con la
pena de salir manchado de petróleo. Finalmente
la ampliación del puerto terminó por desaparecerla y pocos la recuerdan, pero junto las de la Coca Cola y la Pepsi Cola situada la primera donde hoy está
la Biblioteca Maria calcaño y la segunda al fondo de la Bomba La Calzada, hoy
Vereda del Lago y la de la plaza del buen maestro fueron las ultimas playas de
la ciudad. Estuvo cerca de la Plaza Ana María Campos en la calle 89, al lado de
donde hoy está el liceo Octavio Hernandez.
Zurriago
Esta palabra es raro escucharla en
nuestro dialecto, la trajeron los españoles quienes señalaban con la misma a un
látigo que era generalmente de cuero con el cual castigaban a los esclavos, también
era usado el cordel de las amarras de los barcos para improvisarlo u otro
material parecido. Sin embargo en nuestro dialecto se usó más comúnmente para
señalar las consecuencias del mismo en una persona, o mejor dicho se le endosó
a quienes eran molestos, fastidiosos e impertinentes, término que se asemeja
más al usado por los canarios que era persona vil y despreciable en el caso de
las mujeres, de mala reputación. “El hermano de tu cuñado es un zurriago, no lo
traigáis más”
viernes, 17 de enero de 2020
Mofote
Esta palabra señala a un alimento,
considerado por algunos un dulce, tradicional del Municipio Sucre del Estado, que
según muchos cronistas tiene su génesis en la población de Gibraltar. Sus
ingredientes son plátano asado, coco, pimienta y canela. Su preparación es
sencilla, se asan los plátanos a la brasa y se ralla el coco, luego estos se trituran
y se mezclan con el coco, la pimienta y la canela molida, formándose bolas del
tamaño que desee el cocinero. Generalmente se usan plátanos verdes y maduros
pero hay quienes lo prefieren de un solo color. Era el desayuno cotidiano de
los esclavos en la época colonial y sigue siendo un alimento cotidiano en
muchos hogares del Municipio. “Cuando voy a Gibraltar me doy una jartada de
mofote todas las mañanas”
miércoles, 15 de enero de 2020
Chuco
Esta palabra es de uso común en nuestro
dialecto en la ciudad de Cabimas y sus alrededores. Tiene múltiples
connotaciones que no están relacionadas entre ellas y al parecer es una voz indígena
que se tomó creándose un neologismo, el registrado en el diccionario de la Real
Academia identifica la palabra con uno de los cuatro lados de la tabla que
tiene un hoyo o concavidad, mientras que en Guatemala es sinónimo de sucio, en
Honduras es algo que huele mal y en Chile está relacionado con hacer algo a
escondidas. Ninguna de esas connotaciones son similares a las usadas en nuestro
dialecto, en el mismo se le llama así a las libélulas, también al que anda encaramado
sobre los hombros o brazos de alguien, generalmente niños, pero igualmente al
vividor que come, bebe, fuma y realiza otras acciones a expensas de otro. “El jagüey
está lleno de chucos” “La madre vive con ese muchacho enchucao” “Ese cuñado
tuyo es un chuco”
Escaparate
Esta palabra identifica a un mueble de
vieja data fabricado de madera cuya función es guardar la ropa y otros enseres.
Fue traído por los conquistadores y usado en un primer momento por la clase
alta, pero poco a poco fue haciéndose popular en todos los hogares siendo sustituido con el tiempo por los empotrados en
la pared llamados closet. En nuestro dialecto también se usa como símil para indicar
el hecho que una persona sea receptora y cuide muy bien los secretos de otra
persona que le han sido contados pero también como rechazo al hecho de escuchar
o guardar estos. Es de uso común y es posible escucharlo también en otras
regiones. Esta connotación no está en el diccionario de la Real Academia. Igualmente
pero de poco uso está el de comparar a las personas corpulentas con este. “Podéis
decírselo a María que es un escaparate” “A mí no me vengáis a contarme brollos
que yo no soy escaparate de nadie”
sábado, 11 de enero de 2020
Capirulé
Esta palabra identifica en nuestro
dialecto a una bebida tradicional del Municipio Sucre de nuestro Estado, cuyos
ingredientes son Maíz del tipo Cariaco, panela, leche, canela y clavos de olor
o malagueta. En épocas anteriores su preparación era rudimentaria y era un
alimento común en los conucos de esa región, donde sembraban el maíz del tipo
indicado solo para hacer la bebida. El mismo se tostaba en el fogón y al día
siguiente se molía o pilaba. Posteriormente se le colocaba en agua junto a la
canela, la malagueta y la panela y se iba revolviendo constantemente hasta que
estuviera hirviendo momento que se le agregaba la leche y se continuaba con la
labor de revolverlo hasta que estuviera espeso , en aquel entonces recién ordeñada.
Podía consumirse frio o caliente. Con el tiempo el papelón ha sido sustituido
por el azúcar y el maíz tostado en lugar de molerse se trasforma en harina y se
usa la licuadora para mezclar los ingredientes. Muchos lo confunden con el
fororo que se hace de la misma manera y solo cambia el tipo de maíz usado. En los
llanos hay un derivado que se llama carato. También se le llama capiruleta,
capirulá y capirú. “En el conuco de mi abuelo no faltaba el capirulé todo el día.”
viernes, 10 de enero de 2020
Quepechuna
Esta palabra identifica en nuestro
dialecto a un plato típico de los habitantes de la etnia guayú que habitan en
diversos asentamientos del Municipio Jesús Enrique Lossada como Palito Blanco, Jagueicito,
Punta Gorda, entre otros. El mismo tiene como ingrediente principal los
frijoles, los cuales se cocinan a fuego lento con bastante agua con sal, hasta
que se ablanden, posteriormente se le agrega yuca picada y pelada en trocitos,
jojoto y sebo de chivo picado y se deja cocinar la mezcla hasta que esta
adquiera una consistencia espesa. Se acompaña generalmente con arroz o fideos. El
término es honofónico del dialecto de esa etnia. “El guajiro que me cuida la
parcela prepara una vaina con frijoles que llaman quepechuna”
jueves, 9 de enero de 2020
Lechada o lechá
Esta palabra identifica en nuestro
dialecto a una bebida muy popular en lo que hoy es el Municipio Sucre del
Estado Zulia. Como es lógico, nada tiene que ver con preparaciones de cal o yeso
que se usan en la construcción e identifica el término en los diccionarios. La
maracucha o zuliana está hecha con plátanos pintones, coco rallado y colado,
canela, clavitos, malagueta y hierbabuena, azúcar o panela. Se prepara de la
siguiente manera: Se cocinan los plátanos con agua o se asan, luego se trituran,
se colocan en una olla y se les echa la
leche de coco, extraída del coco rallado, posteriormente se le agrega el resto
de los ingredientes y se pone a hervir agregándole azúcar o panela al gusto. En
tiempos anteriores se revolvía fuertemente la mezcla y esta tomaba consistencia
de chicha, ahora se le licua. Se toma fría o caliente de acuerdo al gusto del
consumidor. Algunos la llaman chicha de plátano. En otras partes del Estado también
se usa este término para identidad un golpe de suerte. “Fidelio prepara una
lechá que una queda con ganas de tomarse hasta reventar” “Tuve una lechada
ayer, me suspendieron el examen de matemáticas, de seguro me hubieras raspaos”
El tallito
Con este nombre se le conoce en nuestro
dialecto un método casero y rudimentario que sirve para aliviar la molestia
ocasionada a los niños por la aparición de nuevos dientes. En décadas anteriores
fue muy popular en la Costa oriental del lago, sobre todo en lo que hoy es el
Municipio Simón Bolívar, tanto es así que está incluido como Patrimonio de la mencionada
región. El mismo consiste en tomar el tallo que se forma entre la planta y el
fruto de la auyama, labrarlo, abrirle un pequeño orificio por donde se le
introduce una cuerda que sirve para colocarle alrededor del cuello del niño a
quien le están saliendo los dientes. Este al sentir la comezón producida por
esto se lleva a la boca el mencionado tallito y la calma. La aparición de
productos comerciales para el mismo problema relegó este método que según muchos es herencia indígena, pero
siguió usándose por los estratos sociales, económicamente más bajos. “A fuerza
de tallito me salieron los dientes sin molestarme la picazón”
Coquera
Esta palabra nada tiene que ver con coca,
ni con consumidor o cultivador de esta droga, connotación que registra el
Diccionario de la Real Academia. Es de uso popular en nuestro dialecto, sobre
todo en la Costa oriental del lago y la misma identifica a los establecimientos
que venden agua de coco. Estos son de variado tamaño y van desde una enramada al
aire libre hasta alguna construcción más elaborada. El producto generalmente se
vende en jarras con hielo pero también en los propios cocos que se ponen a
enfriar por muchas horas para que esta salga fría. Dependiendo el gusto del
comensal. Estos se abren en el sitio, con un pequeño machete, lo que garantiza
la frescura y pureza del agua y la pulpa de esta fruta tropical. Algunos también
ofrecen otras mercancías, como por ejemplo, dulces tradicionales entre los que
se incluyen las cocaitas o los besitos de coco. También se usa el término, en
ambos géneros, para señalar al que
cultiva cocos “Filomeno tiene una coquera en la Intercomunal que heredó de su
abuelo” “Mi padre fue coquero”
lunes, 6 de enero de 2020
Sois más suelto que el arroz canilla
Esta expresión fue muy popular en
nuestro dialecto hace algunos años y lo sigue siendo solo que se le ha cambiado
el nombre de la marca de arroz. La misma es un contrasentido ya que con esta se
le llama a la persona agarrada, tacaña o mezquina, mientras que alguien suelto
es espléndido, dadivoso, desprendido y como se dice en el dialecto un buen
caballo. Es similistica ya que comprara la soltura del arroz al ser cocinado
con las características de un sujeto. Se usa la marca del arroz de mejor
calidad de la época que era Canilla, de fabricación norteamericana, el cual era
vendido en los comisariatos que se encontraban en los campos petroleros de ese
entonces.”Ese cuñao tuyo es más suelto que el arroz canilla, no brinda ni agua”
Socollón
Esta palabra se escucha en nuestro
dialecto en la ciudad de Cabimas y sus alrededores, es de vieja data y sigue
siendo de cierta forma popular. Con la misma se señala al golpe dado con la mano
abierta en la cabeza, producto de un castigo por alguna acción o de penitencia
por haber perdido en algún juego. Es un americanismo oriundo de Centroamérica y
fue registrado por primera vez en el Diccionario de Americanismos con el
significado de sacudida violenta dándole como lugar de uso Costa Rica, México y
Cuba, en el Diccionario de la Real Academia se encuentra con la misma
connotación pero solo como natural de Costa Rica. Tal vez la palabra llegó a
través de los marinos a la costa oriental del lago y allí se le dio un significado
parecido pero diferente. “Te voy dar un socollón si no dejáis de ladrillarme” “Vamos
a apostar cinco socollones”
Mastrote
Esta palabra ya es de muy poco uso en
nuestro dialecto, no se encuentra registrada en el diccionario de la Real
Academia pero no es autóctona, sin embargo la connotación original en nuestra
habla tiene algunas variantes, la trajeron los canarios y se sigue usando
frecuentemente en esas islas. La misma ellos se la endilgan a algo abultado y
de difícil manipulación o a hombres o animales grandes y de difícil manejo, así
como también en forma peyorativa a quienes son torpes o brutos, mientras que
nosotros la usamos puntualmente para señalar a una persona de contextura recia,
musculosa y fuerte, sin que esto indique que deba ser de elevada estatura ni
que sea torpe o bruta. No es una deformación de Marote como algunos han escrito
y posiblemente sea una deformación antigua que se transformó en neologismo en
el dialecto canario de Armatoste cuyo significado es similar a la tercera connotación
de estos. “De tanto caminar ya me estoy poniendo mastrote”
Ced del mar
Este es uno de esos sitios populares desaparecidos
que se encontraban en la Avenida 17 del sector Santa Rosalía, casi en frente
del mercado. Una fuente de soda con ambiente bucólico perteneciente a Guillermo
Cedeño, un cocinero amante del mar, quien lo atendía personalmente. Era un espacio
cuadrado con decoraciones marinas pintadas en las paredes externas e internas,
que representaban barcos, sirenas, anclas, ninfas cargadas de caracolas y
algas, chinchorros y dibujos similares. Con una barra, y un poco más de media
docena de mesas de cuatro sillas del tipo pantry y una potente rocola,
considerada por muchos de sus asiduos como la mejor de la ciudad. Allí se
reunían los amigos a conversar, escuchar
música, pasar penas y nostalgias con la cerveza siempre fría, acompañadas con los excéntricos y únicos pasapalos, consistentes
de cojones de toro, partidos en cuatro y sazonados con salsa picante, cuartos
de pajarilla bien frita, o el más gordo chicharrón de cochino. También se
acostumbraba llevar a sus casas los ricos dulces regionales y el exclusivo
dulce de camarones, especialidad del dueño. Fue uno de los lugares más
populares en la décadas de los 60 y 70 y sobrevivió otras décadas más. Su
nombre es un juego de palabras que combina las tres primeras letras del
apellido de su dueño con su pasión que era el mar.
domingo, 5 de enero de 2020
Boca abierta
Esta palabra es de uso común en nuestro
dialecto en la zona de Cabimas y alrededores y la misma señala a una exquisitez
pastelera que comercializan en las panaderías. Tiene raíces machengas y se usa para hacerlo
masa de hojaldre que se corta en láminas pequeñas rectangulares de un tamaño
aproximado de 10 centímetros por 6 de ancho, se mete al horno previamente
calentado a unos 220 gados centímetros por 7 minutos y se dejan enfriar. Luego se rellena una capa con crema pastelera,
reservada en la nevera y ya fría y se le coloca una encima fabricando un sándwich.
Seguidamente se espolvorean con azúcar glaseada o nevazucar. Hay muchas maneras
de hacer la crema pastelera, una muy sencilla es verter en un recipiente yemas
de huevo, ir echándole azúcar e ir removiendo, luego se le agrega la leche que
previamente se ha cocinado sin dejar hervir y se le ha agregado maicena y
vainilla, hasta que se haga una mezcla homogénea. Ponemos a fuego lento y
seguimos revolviendo hasta que alcance la textura deseada. Luego la ponemos a
enfriar y la metemos en la nevera. El nombre de este dulce viene dado a que uno
de los lados al rellenar queda más lleno y asemeja como si tuviera la boca
abierta. En España le llaman Miguelitos o Pasteles de hojaldre. Se diferencia de las milhojas por el hecho que
el grosor de las capas de masa de hojaldre es mayor. Son de elaboración
minuciosa y no son económicos. “Regaláme un boca abierta que estoy cumpliendo
años”
Agua de panela
Este término sigue usándose en nuestro
dialecto a pesar que a partir de la llegada
de los gringos se pasó a llamar guarapo, según algunos como homofonía de la
palabra “waterpot”. Lo cierto del caso es que esta bebida no es tan autóctona como
la gente piensa y se consume en otros países de América, donde la caña de azúcar
es un rubro común y esta es procesada. La preparación es sencilla, se disuelven
trozos de panela en agua, revolviéndola continuamente y se pone a enfriar o se
le echa hielo. Algunos le agregan limón o el jugo de otra fruta pero en ese
caso se le agrega el nombre de ella al término. Generalmente en nuestra región
es una bebida refrescante mientras que en Colombia o Brasil también se hace a
manera de infusión caliente o té. Igualmente se usa esta bebida para hacer
café. “Vamos a hacer agua de panela en vez de comprar toxicola”
Casadilla
Con este nombre se señala una golosina que
ya no se consigue en nuestra ciudad y posiblemente en el resto del Estado pero
que era común hace décadas. La misma se preparaba con harina de trigo y panela,
tenía forma de platico y se rellenaba con dulce de coco, otros le colocaban
este en la parte superior en el centro. También hay quienes lo preparaban con harina
de maíz. Dado que posee coco en sus ingredientes es considerado local aunque actualmente
es común conseguirlo en el Departamento de Bolívar en Colombia, pero el mismo
es preparado en esa región sin panela. “En el abastos de la esquina vendían unas
casadillas buenísimas”
Cacaraquiar
Esta palabra es de uso poco frecuente
actualmente en nuestro dialecto, es una deformación de cacarear que es un americanismo
que significa la voz o sonido repetido emitido por un gallo o gallina. Sin
embargo tanto la palabra original
como la deformación aparecen en el Diccionario de la Real Academia. En nuestra
habla popular la connotación de esta se amplió para señalar también la acción de
gritar a viva voz lo que la persona hace, como una manera de publicitarse o
alabarse, también como forma de asustar o amedrentar a otra persona profiriendo
gritos y amenazas. En ambos casos es un símil de lo que hace el gallo con su
cacareo. “Toda la cuadra se entera lo que hace Francisca porque se la pasa
cacaraquiando como una loca” “Aniceto cree que cacaraquiandome me va a asustar”
Badulaque
Esta palabra es de muy vieja data y fue traída
por los españoles en la época colonial endilgándosela a las personas de poco
juicio o entendimiento o señalando con la misma el guiso de vísceras que luego
s ele dio el nombre de chanfaina, sin embargo en nuestro dialecto la misma
raramente se usa en la primera connotación y nuca en la segunda, ya que la
misma fue cambiada por el habla local para señalar al hombre sometido por su
pareja o que es fácilmente influenciable por cualquier mujer. Modernamente se
ha hecho popular gracias a la exitosa serie norteamericana Los Simpson, donde
se deformó el significado de ella y lo señaló como comercio regentado por
inmigrantes. Tiene raíces mozárabes y su significado original era la mezcla de
varios condimentos, algo así como el adobo o el curry. Es raro ya escucharla. ·Ese
hermano tuyo es un baldulaque, hace lo que le da la gana a su mujer” “No te confiéis
en las decisiones de Pedro, que es un badulaque”
Café arrestao
Esta palabra es de uso limitado en
nuestro dialecto, forma parte de la ocurrencia del lugareño y con la misma se señala a la bebida del café
que es servido recalentado y ha perdido su aroma y sabor original, producto que
al enfriarse y ser nuevamente puesto en la candela el procedimiento tal vez por
asentamiento o por evaporación altera las propiedades del mismo, razón por la
cual se acostumbra mantenerlo en termos. En la época moderna entran en esas definiciones
los que son hechos en cafeteras eléctricas y no son tomados acabados de colar.
El termino es similistico y hace comparación con una persona que tras ser
arrestao no vuelve a ser visto de igual manera por la sociedad porque pierde su
condición inmaculada. Es de mediana data.“En la oficina lo que uno toma todo el día es café
arrestao”
A ciento quiniento
Esta palabra no existe en ningún diccionario
y es una expresión inventada por las ocurrencias de nuestra gente. Como es lógico
suponer tampoco existe una velocidad signada por este término que señala en nuestro
dialecto una aceleración indefinida pero veloz que sobrepasa lo normal de la
persona que conduce un vehículo. De tal modo que para expresar que iba más veloz
de lo que generalmente va le coloca este adjetivo. Aunque generalmente se usa refiriéndose
a vehículos de cualquier tipo, también termina siendo sinónimo de rápido o de
espitao. Es de uso limitado. “Para llegar a tiempo a Urbe tuve que poner el
carro a ciento quinientos” “Salí en carrera a ciento quiniento cuando me
dijeron que había llegado pollo en la bodega”
Ambirao
Esta palabra es de vieja data y ya no se
escucha en nuestro dialecto. Con la misma se señala a la masa de tabaco cocida
que era común consumir en otras épocas y muy popular en la entonces pequeña
ciudad. Esta costumbre, herencia de los indígenas, era seguida generalmente por
la gente de clase media y baja, mientras que los de clase pudiente fumaban en
pipas. Se vendía el producto envuelto en paquetes de hojas de la misma planta y
su fabricación era casera, realizada a veces por el mismo vendedor. Algunos
aseguran que este producto es lo mismo que posteriormente se llamó chimó, otros
sostienen que es parecido pero no similar, lo cierto es que el nombre puesto
por los indígenas es ambira y de allí deriva el nombre dado popularmente en nuestra
región. “A mi bisabuelo no le faltaba su paquete de ambirao”
sábado, 4 de enero de 2020
Guanajo
Esta palabra es común en nuestro
dialecto en la zona de Quisiro y alrededores, así como en los municipios
fronterizos con el Estado Falcón y otras zonas del pais. Nada tiene que ver con
pavo, ni con persona que es boba o tonta como está registrado en el Diccionario
de la Real Academia, quien aclara es un cubanismo. En nuestro lar es una
variedad de cardón y por ende la fruta de este, muy parecida al dato y a veces
confundida con él, diferenciándose del mismo que es de color purpura y no tiene
sabor, razón por la cual en limitadas ocasiones se le llama si despectivamente
al dato cuyo sabor es soso o a las personas que son grises, o sea que pasan
desapercibidas. “Eso que cogiste no son datos sino guanajos”
Carne de monte
Este término ya es raro escucharlo en nuestro
dialecto, aunque hace algunos años era muy común. Con el mismo se señalaba la
carne de cualquier animal que viviera en estado silvestre y no estaba
autorizada su venta en carnicerías, por lo tanto el cazador o algún intermediario
la ofrecía de puerta en puerta o por encargo en las viviendas de la ciudad. Allí
entraban diversas especies como venado, lapa, cachicamo, perdices, babillas,
guiris o patos silvestres y chiguires,
entre otros. Incluso la iguana, muy común en zonas como La Cañada era
considerada de este tipo por muchos. El crecimiento de la ciudad y la
aplicación de leyes más estrictas contra este comercio logró casi erradicarlo y
posteriormente los costos terminó por desaparecerlo o limitarlo a familias con
alto poder adquisitivo. En esa época también muchos criaban icoteas y las consumían
o vendían, pero estas no eran ofrecidas dentro del renglón citado. “Tengo años
que no como carne de monte”
Enturpialao (á)
Esta palabra ya es raro escucharla en nuestro
dialecto, es autóctona, no se encuentra registrada en ningún diccionario y
tiene características similisticas. Con ella se expresa que una persona se
encuentra de mal humor producto de diversas circunstancias, entre ellas el cargar
un ratón producto de una borrachera o rasca anterior. Es un estado pasajero,
por lo cual no es una cualidad del individuo. Deriva el término de la comparación
que se hace con el turpial, ave que hasta muere de rabia al sentirse enjaulado.
También se usa en el género femenino cuando quien presenta las características es
una mujer en ese caso se dice enturpialá. “No llaméis a Meco, que amaneció
enturpialao” “Tu tía anda enturpialá porque le robaron unas vainas que tenía en
el patio”
Yuca chauta
Con este nombre se conoce en nuestro
dialecto a la yuca amarga, que es venenosa y que necesita de un procedimiento
especial para ser usada en la fabricación del casabe, alimento herencia de los indígenas.
El adjetivo chauta no se encuentra registrado en el diccionario, es una voz indígena
y un apellido muy usado por los habitantes de varias etnias de Colombia y
Venezuela. Al parecer la traducción en castellano del término indígena es malo
o mala, sin embargo no hay seguridad sobre esto ya que está en desuso en las comunidades
que lo usaban, entre ellos los añú, habitantes originarios del lago de
Maracaibo. En Chile se usa el termino chauto para señalar al niño que acude a
las reuniones de trabajo comunitario en compañía de otra persona. “No te comáis
esa yuca que es chauta y te envenenáis”
Chencha
Esta palabra usada como sobrenombre o
hipocoristo de las llamadas Inocencia o Fulgencia y con varias connotaciones en
el país y América, no comparte ninguno de estos en nuestro dialecto. Para los
cabimenses y habitantes de otras zonas de la costa oriental del lago con esta definían,
en las décadas del 60 al 90, a la novia,
enamorada o amiga que compartía con el joven gustos e ideas. En otras regiones
y en el argot juvenil de esa época también se le endilgaba a la menos agraciada
del grupo o a la más liberal, mientras que para los mayores era una mujer con
pinta de secretaria de alto funcionario público. Igualmente a las personas que
caminan cojeando. En otros países las definiciones son variadas, en México se
le endosa a las personas holgazanas, en
Chile a quienes tienen dificultad para moverse y también se llama así a un
monedero, en el Departamento de Tolima en Colombia es la hembra del cerdo,
mientras que en España es alguien insoportable. “El sábado voy pa la playa con
la chencha”
Batido de aguacate
Está bebida, no tan común, es de preparación común en la zona de Bobures
y alrededores, donde la siembra y cosecha de este fruto se lleva a cabo comúnmente.
Su preparación es sencilla ya que se
toma el fruto mencionado, ya previamente eliminada su concha y se le mezcla en
la licuadora con agua, leche, azúcar, vainilla y hielo, para que quede
frapiado. Generalmente se selecciona
para este tipo de bebida el aguacate injertado con el andino que tiene un sabor
más dulce. A pesar de ser común en el campo de estas regiones es rara su
comercialización a nivel de público, manteniéndose como algo casero. Como bien
es sabido en nuestro dialecto y correctamente se le llama batido y no merengada
a todo lo que posea leche. “Fui a visitar a la mama de Regulo en Bobures y me
brindó un batido de aguacate mundial”
Pelúa
Esta palabra es común en nuestro
dialecto y tiene varias connotaciones, dos de ellas de uso generalizado y una
puntual y ninguna está relacionada con pelos, aunque también se usa como forma
de expresar que algo tiene muchos pelos o cabellos. Se le endosa la misma a
algo difícil o complicado, en cuyo caso se usa el masculino, también se usa
como apodo o forma de llamar a la muerte y en el campo de los parceleros o
poseedores de conuco de la región se les llama de esta forma a las vacas. Una
forma curiosa de señalar que los poseedores de estas no son ganaderos dueños de
grandes rebaños. Esta última connotación es popular en la zona de Bobures y sur
del lago y también en la zona campesina de la Col, mientras que las dos
primeras también se usan en otras regiones. “La vaina está pelúa, hay que
marañar para sobrevivir” “A Evaristo se lo llevó la pelúa” “Tuve que vender
unas pelúas para pagar las deudas”
miércoles, 1 de enero de 2020
Regatón
Esta palabra tiene múltiples usos en nuestro
dialecto. Fue traída por los españoles y se le endosa en el terreno comercial a
la persona que le gusta regatear mucho los precios, pero también para indicar
la parte del bastón protegido por metal, que sirve para darle mayor firmeza. Hay tres
connotaciones de la palabra que son autónomas de nuestra forma de hablar, estas
son: en el campo deportivo, específicamente beisbolero se le dice así a la
parte inferior del bate, mientras que en el de venta de plátanos se le endosa a
la parte inferior de los racimos de plátanos o guineos, generalmente conformada por los más
pequeños o rebuscos. también
se usa con los racimos de guineos. Igualmente se le llama en nuestros lares de esta manera a
la cantidad final de lo que queda de una botella de licor. “Me voy de compras
con Eladio que es un regatón de primera” “El carro le pasó por encima al
regatón del bastón” “Apretá duró el regatón del bate para que no se parta” “Dame
el racimo pero quitále el regatón” “Lo que me dejaste fue el regatón del cocuy”
Sorongo
Esta palabra ya es raro escucharla en
nuestro dialecto, aunque fue traída por los andaluces como una forma de canto y baile, o como una
exclamación que hacer referencia al excremento, en nuestra habla cotidiana pasó
a señalar un peinado femenino, en el cual se le da mucho volumen al cabello, colocándolo
muy alto con el auxilio de fijadores y era muy usado para reuniones o fiestas. En
otros países de América tiene otros significados como por ejemplo en Panamá es
una persona vividora mientras que en México es alguien sin pena o complejo. Como toda moda el peinado desapareció o mutó a
otras definiciones. “Mi abuela se hacía un sorongo que dejaba con los ojos
pelaos a todos”
Tungo
Esta palabra es de uso limitado en
nuestro dialecto. Es más común en el campo donde se le llama de esta manera al
cochino o cerdo que se encuentra gordo. En la ciudad es endosado a personas con
estas características, sin que eso signifique que exista carga peyorativa en el
apodo. En Colombia se les llama así a las personas o animales que no poseen un testículo,
pero anteriormente era usada en algunas
zonas como sinónimo de mocho o de faltarle algo, ampliándose incluso a los
objetos; mientras que en Chile se le señala de esta manera a la parte más alta de la columna vertebral,
donde comienza el cuello, o sea la nuca. No está en el Diccionario de la Real Academia.
“Pegále un grito al tungo para que pase por la casa” “Ese lechón está pasado de
tungo”
Ventorrillo
Esta palabra de es de vieja data en nuestro
dialecto y es asimilada. Ya es raro su uso pero en anteriores épocas fue muy
popular, sobre todo en los siglos anteriores al veinte. Con la misma se señala
a algún puesto o negocio que se encarga de la venta de artículos variados, que
van desde comida hasta bagatelas. Fue traída
por los canarios con la connotación de ser un puesto que se monta en las fiestas
para vender comida y bebidas, pero ampliado en nuestra tierra para cualquier cosa,
De hecho más allá de lo ofrecido se destaca es la función. Para los españoles peninsulares el término era
peyorativo ya que es el diminutivo de ventorro cuyo significado era hospedaje
pequeño o malo. Al parecer privó lo segundo en nuestro dialecto y para la clase
privilegiada el uso de la palabra estaba orientada para esos casos. Al final
dejó de ser usado y la palabra fue sustituida por local, que es el espacio físico
donde se realiza la venta. “Mi abuela tenía un ventorrillo en el mercado de
Matute en el centro de Maracaibo”
Vejetero (a)
Esta palabra es de vieja data en nuestro
dialecto y aun se escucha en algunas ocasiones. No está asociada a vegetar ni tampoco a
Vejete, forma de cierta manera despectiva con el cual se le llama a los viejos
de edad avanzada o en el caso del teatro al que teniendo una edad longeva es ridículo.
Acá se les endosa el término a las personas que le gusta burlarse o molestar a
los demás, siendo en la mayoría de los casos fastidioso e insoportable. Es
aquel que hace uso de la sátira o el humor negro para destacar fallos,
equivocaciones o falencias de los otros. Posiblemente sea un neologismo
proveniente de la deformación del termino voltejeo, que es un término náutico que
significa virar o cambiar. “Al vejetero de Saulo el árabe de la esquina amenzó
con matarlo si seguía burlándose de él”
Uuuus
Esta exclamación monosilábica es popular
en nuestro dialecto, es de vieja data y se usa como respuesta a alguna pregunta
hecha por un interlocutor donde el tiempo o momento están presentes. Aunque
generalmente estas reacciones tienen envuelta alguna emoción, ya sea sorpresa, alegría,
indignación, cólera, asombro o cualquier otro afecto, en este caso la misma
generalmente no está sujeta a estos ya que con ella se expresa el hecho que hace mucho no sabe o tiene
conocimiento de la persona o cuestión preguntada. Incluso entre mayor sea el
tiempo se le agregan más “u” a la misma. Por ejemplo ante la pregunta “¿Desde cuándo
no ves a Silfredo” la respuesta “Usssss” indica que desde hace mucho tiempo,
igual se dice si la pregunta es “¿Desde cuándo no vais pa Isla de Toas” o “¿Cuándo
fue la última vez que comiste dulce de hicaco”
Meter los pies debajo de la mesa
Esta expresión es común en nuestro
dialecto y es de vieja data. Con la misma se señala el hecho de comer y se usa
como sinónimo de esta palabra, para efectuar esta acción no importar si la
misma se hace en cualquier lugar, incluido en el mueble que se señala, ni que
se efectué sentado. Deriva del hecho que
generalmente el lugar donde se toman los alimentos preparados es la mesa y para
hacerlo es necesario sentarse y meter los pies debajo de ella, por lo que tiene
sentido similistico. Se escucha en otras regiones del país con la misma
connotación y aunque algunos aseguran fue traída por los españoles, al parecer
es una derivación de la expresión traída por estos “Poner o tener los pies
debajo de la mesa” que significa estar sentado para comer. “Desde la mañana no
meto los pies debajo de la mesa”
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