Esta palabra no existe en ningún diccionario
y es una expresión inventada por las ocurrencias de nuestra gente. Como es lógico
suponer tampoco existe una velocidad signada por este término que señala en nuestro
dialecto una aceleración indefinida pero veloz que sobrepasa lo normal de la
persona que conduce un vehículo. De tal modo que para expresar que iba más veloz
de lo que generalmente va le coloca este adjetivo. Aunque generalmente se usa refiriéndose
a vehículos de cualquier tipo, también termina siendo sinónimo de rápido o de
espitao. Es de uso limitado. “Para llegar a tiempo a Urbe tuve que poner el
carro a ciento quinientos” “Salí en carrera a ciento quiniento cuando me
dijeron que había llegado pollo en la bodega”
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