domingo, 5 de enero de 2020

Boca abierta


Esta palabra es de uso común en nuestro dialecto en la zona de Cabimas y alrededores y la misma señala a una exquisitez pastelera que comercializan en las panaderías.  Tiene raíces machengas y se usa para hacerlo masa de hojaldre que se corta en láminas pequeñas rectangulares de un tamaño aproximado de 10 centímetros por 6 de ancho, se mete al horno previamente calentado a unos 220 gados centímetros por 7 minutos y se dejan enfriar.  Luego se rellena una capa con crema pastelera, reservada en la nevera y ya fría y se le coloca una encima fabricando un sándwich. Seguidamente se espolvorean con azúcar glaseada o nevazucar. Hay muchas maneras de hacer la crema pastelera, una muy sencilla es verter en un recipiente yemas de huevo, ir echándole azúcar e ir removiendo, luego se le agrega la leche que previamente se ha cocinado sin dejar hervir y se le ha agregado maicena y vainilla, hasta que se haga una mezcla homogénea. Ponemos a fuego lento y seguimos revolviendo hasta que alcance la textura deseada. Luego la ponemos a enfriar y la metemos en la nevera. El nombre de este dulce viene dado a que uno de los lados al rellenar queda más lleno y asemeja como si tuviera la boca abierta. En España le llaman Miguelitos o Pasteles de hojaldre.  Se diferencia de las milhojas por el hecho que el grosor de las capas de masa de hojaldre es mayor. Son de elaboración minuciosa y no son económicos. “Regaláme un boca abierta que estoy cumpliendo años”


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