Esta
palabra que literalmente significa pasar la escardilla, o sea limpiar de cardos
el terreno para la labranza, en nuestro dialecto se usa en otra connotación que
nada tiene que ver con campo ni siembra. Se le llama de esta manera al ardor,
hinchazón, dolor o picazón que se produce en los muslos y áreas genitales
producto de la mezcla del roce y el
calor que da como resultado la dificultad para caminar y obliga a la persona a hacerlo
arqueadamente. Es una alegoría a la condición en la que queda el terreno después
de realizar el trabajo mencionado primeramente. “Este calor me tiene escardao” “Se
me va a escardar todo de tanto caminar”
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