Esta
palabra que la trajeron los españoles para señalar la acción de cubrirse parte
del rostro para no ser reconocido o como manera de señalar el hecho de ocultar
algo, fue tomada en nuestro dialecto para indicar el hecho de que algunas
personas se vestían de negro para, aprovechando la oscuridad, cometer fechorías,
por lo que en cierto momento fue sinónimo de delincuente, aunque también se usa
en la segunda connotación traída que es la de ocultar algo e incluso se le dio
este nombre a los fantasmas. Ya poco se escucha. “Anoche me atracó por la
cañada un embozao” “Los vecinos andan embozaos y no he podido averiguar nada” “En
la casa de mi abuela salía un embozao con sombrero”
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