Este nombre en nuestro dialecto se les endilga de
forma burlesca a las personas que son quejones o fatalistas y ante cualquier
inconveniente o acción asumen inconformidad o dramatismo. También era usado
como apodo. Proviene del nombre del
protagonista de una serie de televisión muy exitosa en los años 70, el mismo
era un pollito negro, único de su familia de ese color, que llevaba la mitad de
su cascarón en la cabeza, quien tenía siempre la sensación de no ser
comprendido por los demás, popularizando la frase “nadie me quiere”. Con los
años y la desaparición de la serie la palabra fue despareciendo, aunque
recientemente ha reaparecido modernizada. “Décile al calimero de tu hermano que
mañana no hay trabajo”
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