Esta expresión
era muy popular hace años en la ciudad, cuando los enseres no eran tan
numerosos en las casas pero si los habitantes de ella. Nada tiene que ver con
gatos, ni tampoco con algún animal de estos que tenga la cabeza negra, aunque
lo nombra. Se nombra de esta manera a la persona que se roba o come la comida
guardada durante la noche. Es un término con sentido de molestia ante la
impotencia de poder saber quien realizó la fechoría. Se toma como ejemplo al
felino ya que estos tienen la costumbre de realizar esto. “Un gato de cabeza
negra se comió anoche la panela que
tenía para el café”
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