Esta palabra se usa en nuestro dialecto en el ambiente de las
peleas de gallo, afición traída y heredada de los conquistadores que aunque ha
perdido afición actualmente todavía tiene una presencia fuerte en toda la
región y país. Nuestros galleros le
llaman así a las espuelas postizas que les colocan en ocasiones a estos
animales para la pelea. El uso de ellos tiene normas y acuerdos entre los
contrincantes. En otro orden también se usa como superlativo de zapato. “Arcadio
le puso zapatones a su gallo”
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