Esta palabra se usaba en nuestro dialecto como
onomatopeya del ruido del jergón de la cama ante los movimientos que se hacían en
ella, razón por lo cual la repetición de la misma era una forma de decir que se
tenía relaciones sexuales. Ahora dado el éxito de una serie de películas donde
un muñeco diabólico tenía ese nombre se usa como sinónimo de feo y también de malo,
cualidades que el antes nombrado poseía. Ambas connotaciones siguen utilizándose
pero es más recurrente la segunda. “Estabas haciendo chuki chuki” “Ese hijo de
Marlene es un chuki” “El chuki de Luis me rompió un vidrio”
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