Esta palabra es de origen castizo y todavía es común
escucharla en nuestro dialecto en la zona ganadera del estado, con la misma se
señala la acción de machacar, o sea aplastar. Fue traída por los andaluces
quienes llamaban de esta manera a lo que era triturado en el almirez, que es un
mortero de metal pequeño y portátil que
sirve para este fin y que en América pasó a fabricarse de madera. “Hay que
majar bien esos topochos”
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