Esta palabra es asimilada y no era de uso popular, tiene
origen castizo y sin dudas es un anglicanismo de la palabra inglesa imagine,
aunque el diccionario de la Real Academia no hace mención de esto. Fue usada en
nuestro dialecto hasta finales del siglo 19 y comienzos del 20, por las
personas que laboraban en campos humanísticos y periodísticos como una forma
culta de expresar la palabra imaginación o imaginar. “Si mi magín no falla voy
a escribir una historia”
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