Esta palabra señala en nuestro dialecto un personaje muy popular en
otros tiempos en las calles de nuestra ciudad. El mismo vendía ambulantemente
las tradicionales mandocas, una exquisitez hecha de harina, platano, queso y
panela, a precios bajos. En tiempos
modernos competía con el pastelero quien no incluía esta entre sus productos
pero finalmente este personaje desapareció. “Mi abuelo era mandoquero en la
plaza Baralt”
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