Esta palabra además de identificar el día que se
celebra el nacimiento de Jesús, en nuestro dialecto se usó hasta mediados del
siglo 20 para señalar un postre que era tradicional en esa época y se transformó
en un regalo obligado para familiares y amigos en los hogares de la ciudad. El
mismo en sí era una combinación de dos dulces que se mezclaban, el manjar blanco
con dulce de lechoza o piña, pero también podía ser de limonzón u otro que
tuviera un alto contenido de almíbar. Tomó el nombre del hecho que era en ese día
que se obsequiaba. Todavía se preparan pero se sirven separados y la palabra ya
no se escucha. “No te olvidéis de comprar la lechoza para hacer la nochebuena
que le voy a regalar a tu mamá”
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