Esta palabra es asimilada a nuestro dialecto, la
trajeron los canarios con el significado que le damos acá que es persona
despreciable, mujer de mala reputación o persona en la que no se puede confiar,
muy contrario al significado del español peninsular para quien es algo menudo o
de escasa importancia. Se usa de igual manera y con el mismo significado
nuestro en Colombia y Honduras, mientras que con el mismo peninsular en Costa
Rica, mientras que en Nicaragua es un vestido viejo y en Argentina es el
desperdicio de las reses. Ya se escucha poco y hay quienes lo escriben con “s”
que es el sonido con el cual la decimos. “No te aconsejo que hagáis negocios
con el zarandajo de tu primo”
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