Esta
expresión no es propia del dialecto en sí, fue parte de una campaña
publicitaria mundial para promocionar a finales de los años 20 y posteriores
una bomba de insecticida cuyo nombre comercial era flit a la cual también posteriormente
se le echaba kerosén o insecticida de esa marca o cualquiera y servía para
alejar o matar moscas y zancudos. Sin embargo, como ocurre en nuestro dialecto
se usaba también como manera de decir que había que alejar a alguna persona
indeseada. Así era común escuchar "Echále flit a ese carajo para que se
vaya", sin que esto significara que le echarían insecticida con la
bomba sino que hiciera algo para que se marchara. La desaparición del producto
no significó la de la expresión e incluso es normal aun decir a alguien que
comprará Flit o sea insecticida para los insectos, por lo que pasó la marca a
identificar en general al método .También se escucha la expresión en otros países
como Argentina y Mexico.
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