Este es
uno de esos famosos lugares de antaño que actualmente se encuentra abandonado y
que es blanco de algunas leyendas urbanas. Las ruinas del mismo se encuentran
en la antigua Calle Unión, hoy 84 en esquina con 3F. Este hotel fue abierto en
1930 con el nombre de Dalis Hotel y cinco años más tarde regentado por Servio
Tulio Faria toma el nombre de la ciudad española que lo hizo famoso. Su
construcción que era una mezcla de estilos Art Deco y Art Noveau le dieron el glamour
que incluso aun le acompaña, pasando en esa época a competir con los tradicionales
que por estar más cerca del muelle eran más visitados entre ellos El Hotel
Victoria, lugar donde llegó Gardel antes de ser trasladado a este. En su época fue
una construcción vanguardista con sus cuatro pisos para habitaciones, un café panorámico
con vista a la unión, una impresionante y lujosa recepción en su planta baja
que también albergaba cocina y comedor, una escalera central y un ascensor
ubicado en la parte sur, además un semisótano donde se realizaban labores de
servicio y depósito y un sótano que era el albergue de un casino llamado Lucky bar, donde no solo los residentes sino
cualquier persona dela ciudad, sobre todo pudientes, desbordaba su pasión por
los juegos. En total tenía capacidad para 100 personas en 67 habitaciones atendida por más o menos 40
empleados y sus muebles europeos, lámparas al estilo parisino y decoración donde
abundaban piezas de bronce fueron centro de atención de sus habitantes entre
los que estuvieron además del cantante de tango, la novia de América Libertad
Lamarque, Toña la negra, Joe Louis, Rocky Marciano y personalidades de todos
los ámbitos nacionales e internacionales. Desde mediados de los 50 pasó a ser
administrados por los hermanos Milán, Antonio y Esteban Kristoff hasta 1961 cuando fundaron su propio hotel en
la Avenida Santa Rita. Posteriormente procesos legales terminaron por obligar a
cerrarlos y desde allí hasta nuestros días
ha estado abandonado. Siendo residencia en algún momento por familias que
fueron desalojadas y reacomodadas y vagabundos que alimentaron leyendas de
fantasmas y hechos extrasensoriales que ocurre en su interior, el más nombrado
tal vez el fantasma de Germán Godoy, un próspero comerciante que dejó su dinero
en el juego y las mujeres en el lugar. Otros hablan de almas en pena que alguna
vez se hospedaron o trabajaron allí y hasta del fantasma de Gardel. Se mantiene
sin decisión por parte de las autoridades acerca de su destino final que podría
ser demolerlo o reconstruirlo.
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