Esta expresión era de uso común
hace algunos años y ya no es tan frecuente en nuestro dialecto, la misma está
asociada a cumplimiento de una palabra o hecho, por lo que se le señala a la
acción de incumplir o no realizar como se había pactado alguna acción o promesa.
Nada tiene que ver con una popular traída por los españoles que es “Salir con
los pies por delante”. Tiene carácter metafórico relacionado con el hecho que
los animales que nacen con las patas torcidas, para nosotros tuertas, tienen
problemas en su desarrollo, mientras que las personas que no cumplen pierden su
credibilidad. Es autóctona. “Hector me salió con las patas tuertas y no me
trajo el dinero que le presté completo“.
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