Este es el nombre que recibe en
nuestro dialecto ese tradicional personaje que desde principios de la década de
1900 recorre las calles de la ciudad ofreciendo su mercancía para combatir el
calor, el cepillao. Movilizándose primero por medio de un burro que tiraba un
carromato donde iban el hielo, las botellas con los zumos de diferentes sabores
hechos de frutas naturales en un principio y el cepillo que le daba el nombre
al producto. Posteriormente fueron las bicicletas de tres ruedas adaptadas tipo
carretilla quienes sustituyeron a los animales, y los zumos se transformaron en
esencias artificiales. Maracaibo fue la primera ciudad en contar con este
producto ya que fue la pionera en cuanto a la fabricación de hielo. “El
cepillaero que iba pal colegio tenía como treinta sabores diferentes de
cepillao”
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