Esta
expresión tan popular en nuestro dialecto generalmente se usa en torno irónico
o satírico con la intención de señalar que alguien se la echa de tener mucho
dinero y en realidad no lo tiene o como forma de indicar el derroche de este, más
limitadamente como deseo de poseerlos. Tiene su génesis en una película cómica mexicana
de finales de los años 30 y que se proyectó en nuestro país en los 40 donde
Carlos López hizo el papel del protagonista, un campesino que se llamaba
Chaflán a quien las petroleras le compraron sus tierras por 2 millones de
pesos, una cifra que en la época era una fortuna grandiosa y este se fue a la
gran ciudad con la familia, pero al no adaptarse y ante las continuas intrigas para despojarlo
de su fortuna se regresó de nuevo al campo. En el reparto de esa película
estuvo Pedro Armendáriz y el nombre,
dado el éxito de la cinta, quedó como apodo del protagonista. “Vos te creéis
que tenéis los millones de chaflán” “Como que tenéis los millones de chaflán
que estáis comprando de todo” “Ojalá tuviera los millones de chaflán”
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