Esta palabra ya es raro escucharla en nuestro
dialecto aunque fue muy común en épocas anteriores. Nada tiene que ver con
garrafa y posiblemente sea una deformación de garrapatiña, voz pronunciada por los
extranjeros residentes en la ciudad al referirse a la garrapata. Con ella se
señala la discusión acalorada y desordenada entre dos o más personas que genera
alboroto a su alrededor pero que nunca llega a los golpes. Esta no necesariamente
es siempre una afrenta sino que en ocasiones es un intercambio vigoroso de ideas
o posiciones. También se le endosa al
bullicio que hacen los niños al jugar o pelearse. “Los portugueses dela tienda
tenían una garrafatiña porque se les perdió algo” “Cuando se juntan tus hijos y
los míos se arma una garrafatiña en la casa” “Jorgito y Eduardo viven con una
garrafatiña por política”
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