Esta expresión es de muy vieja data en nuestro dialecto, más exactamente de finales del siglo 19 y comienzos del 20 y ya no se usa. Con la misma se señalaba un estado anímico de tristeza, melancolía o cavilación en la que se encontraba alguna persona producto de alguna circunstancia, nada parecido con el significado medico correcto en el cual el flato es el aire contenido en los intestinos y que produce en muchas ocasiones flatulencias o en su defecto dolores o incomodidades. De allí deriva el hecho de tomar esto como forma de indicar el estado que se nombra. “Me cuenta la abuela que su hermano estuvo flato por casi un año porque su esposa se fue de viaje para Europa”
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