Si la muerte fuera una comida sin dudas sería
una delicia y si fuera preparada en coco, algo tradicional en nuestra región, sería
lo máximo, pero igual sería un plato peligroso para quienes sufran de alguna
dolencia como por ejemplo la tensión, por su alto contenido de colesterol y de allí deriva el hecho que esta expresión
sea inventada en nuestro dialecto para referirse a alguien muy tremendo, travieso,
sinvergüenza, pícaro, o de malas costumbres. Era muy popular en otras épocas para
endilgársela sobre todo a los niños inquietos, y a los adultos que poseían las características
antes descritas, pero ha caído en desuso y es raro ahora escucharla. “Ese nieto
tuyo es la muerte en coco” “El hermano de Pedro es la muerte en coco, tiene 20
entradas al retén”
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