Desde el año 2017 aproximadamente esta expresión
se ha hecho popular en nuestro dialecto, creciendo la misma en los últimos años.
Es una manera recriminatoria y a la vez peyorativa de expresar un problema que
ha ido agravándose como son el dinero en efectivo y los precios. Es en este
mercado popular ubicado en el centro de la ciudad de Maracaibo, donde un grupo
de mafiosos conformado por diversos individuos, incluso del vecino país, que se mantienen en el anonimato, han logrado
burlar la legalidad y controlar la moneda por medio de la compra, para
posterior venta en la frontera, de esta, determinando las denominaciones de los
billetes que son aceptadas y rechazadas, influyendo esto inmediatamente en todo
el mercado laboral y económico de la región. Además para captar el dinero también
ofrecen mercancía a mitad de precio si es en efectivo y al doble si es por pago
electrónico o punto de venta. Hay que agregarle otras fechorías como corrupción,
acaparamiento, especulación, trata de blancas, drogas, etc. Sin embargo la
expresión, de muy nueva data, viene
siendo el resultado del hecho que es allí donde se ordena y acata el uso de la
moneda, labor que es función del Banco Central de Venezuela. Es un flagelo aún
vigente que ha logrado superar todas las acciones contrarias de la ley. “Que molleja, en el Banco Central de las
pulgas ya no aceptan los billetes de 100”
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