Esta
expresión es de uso muy popular en nuestro dialecto en nuestros días y lo ha
sido por muchos años. Se utiliza, generalmente en tono de molestia, cuando alguna
persona es muy insistente en algo y termina fastidiando al otro por su falta de
tacto, paciencia o por su impulsividad. Es una comparación con la actitud del
borracho que por los efectos del alcohol pierde la noción de la realidad y en
muchos momentos termina fastidiando o agrediendo a las personas. La expresión generalmente
se usa sola o antecediendo a la respuesta de lo que se pide. “¡Vais a seguir
borrachito! Mañana paso por allá”
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