Al igual que muchos animales que en nuestro dialecto la
palabra señala al mismo, también se usa para indicar otras cosas, en este caso
al hombre o mujer sometidos, dóciles, que generalmente hacen todo lo que la
pareja o su jefe, en caso de ser empleado, le indica. Es una característica propia del
animal que permite mansamente que lo trasquilen. Tiene características
peyorativas cuando se usa de esta manera, aunque la pierde cuando es usada como
apodo, algo también común. “Al ovejo de
tu hermano no lo dejan ya ni jugar dominó” “Llamáte al ovejo para que nos ayude”
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