Aunque
esta palabra es común y se usa en general
para identificar a quien corre en nuestro dialecto además tiene tres
connotaciones de las cuales una es autóctona y las otras asimiladas. Se le
llama así al espacio que comunica las habitaciones con la puerta principal o
con la sala, llamado también en otras regiones zaguán, también se le llama así al vendedor de
servicios o juegos, tal como el de seguros o apuestas y autóctonamente y de
allí la derivación a lo anterior se le llamaba en la Maracaibo de finales del
siglo 19 a los vendedores ambulantes, buhoneros o cambalecheros que ejercían su
labor de manera personal o para terceros ofreciendo su mercancía o productos
caminando de calle en calle o tocando de puerta en puerta. Oficio que llegó a ser
muy popular y que fue tomado en el siglo 20 por los emigrantes del medio
oriente, pero estos no heredaron el nombre sino que se les llamó marchantes o
turcos. Este autóctono significado desapareció y ya nadie lo usa. “Limpiá bien
el corredor que siempre lo dejais medio sucio” “Dago se metió a corredor de
apuestas de caballo” “Mi tatarbuelo levantó a su familia trabajando como
corredor”
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