Esta locución tan popular en nuestro dialecto es una forma figurativa con el hecho de trabajo excesivo o continúo y proviene del hecho que a la epidermis se le llama forro o pellejo y el excesivo sol hace que este se largue o despelleje. Sin embargo con el tiempo fue generalizado para definir el mucho trabajo, aunque en este no se aguante sol ni se largue nada. Hago la acotación que el largar acá no es de marchar sino de despegar. “Juanito larga el forro vendiendo cepillados en su casa” “Aneximedes larga el pellejo trabajando en construcción”
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