Esta palabra es de cierta forma popular
en nuestro dialecto y es de mediana data. La misma se les endosa a las personas
que son muy callejeras, o sea que le gusta mucho andar fuera de su casa, ya sea
visitando a algún familiar, vecino o echando pata averiguando algo. Deriva del
hecho que cotiza se le llama en la ciudad a las que usan los guajiros, que
tienen suela de caucho de vehículo y son tejidas y a la analogía que esta etnia
acostumbra a realizar grandes trayectos caminando. No es despectivo como
algunos sostienen ni peyorativo a la etnia que fabrica y usa este calzado. “Mija
he estado tres veces por tu casa buscándote, no seáis tan coticera y hacé
oficios”
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