Esta palabra identifica en nuestro
dialecto a una delicia gastronómica de bajo costo y fácil de preparar, por lo
que es popular, aunque dado lo parecido muchos confunden con el perico. Existen
tres variantes de este alimento que aseguran ser el correcto, el primero es el
huevo revuelto fuertemente para que quede en trozos muy pequeños al que se le agrega
solo sal, el segundo el mismo nombrado
anteriormente pero agregándole trocitos de cebolla en rama o cebollin y el
tercero el más elaborado de todos y también el de preparación más moderna ya
que se hace uso de la licuadora para que sus ingredientes queden hechos una salsa.
En este caso se usa tomate, cebolla, ají dulce y ajo y se licuan poniéndolos luego
a sofreír en aceite y cuando ya el guiso esté listo se le agrega la cantidad de
huevos estipulada y se le agrega sal y cilantro picado en trocitos pequeños. Se
revuelve para que el huevo se desborone y se sirve acompañado de plátano frito
en tajadas o asado, arepa o pan. Es consumido generalmente en el desayuno o la cena.
El nombre del plato deriva del hecho que el huevo, a diferencia de la forma que
se hace en el perico, se corta en pedacitos muy pequeños. Hay la libertada de
agregarle más verduras al guiso.
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