Esta
expresión sigue siendo popular en nuestro dialecto y es de vieja data. La misma
es una refutación al interlocutor de lo que este dice, o sea una duda sobre la
veracidad de lo expresado. Por ejemplo ante algo como “Mi tío pegó un triple
pero no quiso cobrarlo” la respuesta para decirle que eso es mentira sería al
expresión de la que hablamos. Tiene su génesis
en la popularidad de las novelas del oeste norteamericano llamadas “vaqueras”
en las cuales el argumento eran historias con un alto contenido de acciones extravagantes
que rayaban en lo fantasioso. Marcial Lafuente Estefanía era el más leído.
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