Esta
palabra fue traída por los españoles al continente y con ella señalaban
despectivamente a un libro que consideraban malo o despreciable en su contenido
y veces también en su estructura, sin embargo en nuestro dialecto perdió ese carácter
y no se usa con el mismo significado, ya que con esto señalamos acá un libro
que posee muchas páginas, o cuyo tamaño es mayor que el normal. “Me mandaron a leer el libraco ese de Don
Quijote de la Mancha”
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