Esta expresión
tan folclórica y popular es muy común en nuestro dialecto en el transporte de
pasajeros y más precisamente en los buses. La misma es un reclamo o disgusto
ante la distancia en la cual es dejado el pasajero en relación al sitio
indicado por este. Dado que estos vehículos viven con exceso de pasajeros en
hora pico y con los equipos de sonido a todo volumen es recurrente que el
chofer no escuché el llamado del pasajero quien debe gritar o golpear el mismo
para ser notado por este, sumado el hecho que no existen paradas demarcadas y
estos lo hacen en cualquier lugar. La expresión es una alegoría y casi siempre
va acompañada de algún insulto. “Desgraciado no pareis, lleváme pa´tu casa”
También se usa cuando al caminar en la calle, un desconocido (sea por accidente o de manera intencional) tropieza con nosotros generando descontento o simplemente llamándonos la atención.
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