Esta
palabra se usa con varias connotaciones similares en todas partes como por
ejemplo el hecho de estar algo ajado o arrugado, estar asustado, irritarse con el
sabor de alguna fruta, arrugar la frente o las cejas, etc. En nuestro dialecto
a todos estos significados se le agrega el señalar algo que está descolorido o
desteñido, incluso se señala de esa manera a los alimentos que no tienen sabor o
color. Era una palabra de uso continuado aunque ya se escucha poco. “Mijo teneis fruncio ese pantalón” “Ese mango
está fruncio”
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