Esta es una palabra emergida de la popularidad
de la serie de televisión transmitida en los años 60 las aventuras de
Rintintin, siendo esta el nombre del perro pastor alemán, extremadamente
obediente y protagonista de la misma. En nuestro dialecto se hizo popular
usarla como contrasentido, de manera que se endilga a quienes son
desobedientes, distraídos o antiparabólicos, que no acatan o hacen lo que se les
ordena o pide. También se usa como apodo a las personas que reúnen estas características.
Ya no es tan popular. “Ascanio hace mas
caso que rintintín” “Rintintin estoy esperando los huevos para al ensalada”
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