miércoles, 16 de diciembre de 2015

La sorpresa

Entre esos lugares tradicionales de la ciudad, se encuentra este ubicado en Santa Lucía, un sitio de confluencia de propios y extraños que se reúnen para escuchar gaitas o para admirar el interior repleto de recuerdos, producido por fotos, pinturas de gaiteros, objetos, botellas, y las paredes llenas de firmas de quienes han dejado la impronta de su visita en el lugar, entre los que hay personalidades de muchas áreas y gaiteros. El lugar con su actual dueño, el afable Diego Arria, llamado también el cronista de Santa Lucía por sus conocimientos,  nace como tal muchos años antes funcionando como pulpería y posteriormente como abasto donde se vendía cerveza, siendo adquirido por 17 mil bolívares el 26 de septiembre de 1971, por este, quien en su adolescencia fue cantante, tamborero, charrasquero y hasta director del grupo gaitero los Diamantes de Santa Lucía, y convertido en lo que es hoy. En el local todo el año es celebración pero destaca el hecho que al igual que Pa que Luis las caimaneras gaiteras son una atracción especial ya que en las mismas participan aficionados ligados con músicos y cantantes de varias agrupaciones en una reunión informal única. Al fondo del negocio hay un espacio que es un verdadero museo de la gaita que contiene fotos, dibujos, afiches, placas de reconocimiento, partidas de nacimiento, diarios antiguos, instrumentos, tapices, pinturas y  muchas cosas más, incluida una vitrola de principios de siglo. Razón por la cual fue bautizada como la esquina de la tradición. Según su dueño “Se llama La Sorpresa porque aquí puedes encontrar cualquier cosa, aquí vive la tradición”.

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