jueves, 30 de junio de 2016

Coco

Esta palabra que señala al fruto del cocotero, muy común e identificativo en nuestra región, tiene en nuestro dilecto  otros usos que nada tienen que ver con este, ni poseen relación con su forma o tamaño. Se le endilga a cierto género de insectos, a personas de fea figura, a la cabeza, a un ogro que se come o lleva a los niños,  a la acción de pensar, a la gente bruta, a la vulva de la mujer y a los identificativos que llevan los carros que prestan servicio público, ya sean por puesto o taxis. Es como si el arraigo de esa fruta tuviera un vínculo con nuestro hablar que es imposible de arrancar. “Bajáme dos cocos para hacer mojito” “Si no te duermes te lleva el coco” “Voy a echarle coco a esa multiplicación” “Están regalando cocos con propaganda política a los taxistas” “Inés se la pasa enseñando el coco con esas falditas tan cortas” “Sois un coco, no te entra nada de lo que te enseñan”

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