sábado, 9 de julio de 2016

La Botica Nueva

En plena Plaza Baralt se encuentra esta edificación que fue el primer rascacielos de Maracaibo, y el primer edificio en Venezuela con ascensor, además de ser el primero con aviso de neón y según Kurt Nagel von Jess la primera farmacia de la ciudad. Fue construida en 1925 en el terreno donde antes estuvo la casa del marqués de Perijá quien la dejó a cargo de algunos familiares en 1793 y es cedida a Rafael Urdaneta en 1825  quien según narran algunos la perdió jugando con el Capitán de Navío de origen francés Nicolás Joly. Lo cierto es que luego allí estuvo el gran Hotel Italia donde se hospedaron personas de mucha categoría y en 1910 la compra la firma Belloso Hermanos quienes la mandaron a demoler en 1923 y la casona de dos plantas dio paso a la construcción del edificio, el cual fue levantado en su totalidad de concreto con estructura de hierro y 4 pisos que sumaban 20 metros de altura. Los ingenieros del proyecto fueron Rojas y Poveda. La ejecución de la obra estuvo a cargo del Dr. Pedro José Rojas. Según narra Orlando Arrieta: “El interior no posee paredes divisorias sino que  cada piso descansa sobre 16 columnas y en el centro del edificio hay una interna central que los une a todos, cubierta de hierro y vidrio corrugado.” Además de esto el edificio posee dos ascensores eléctricos  y uno de mano y lo que terminó resultando lo más representativo del mismo, dos atlantes de cabellos rizados con las manos en la cintura y vestidos solo con tapabarros, fabricados en mármol de Carrara,  que popularmente se les conocen como Sansones dado que parecen sostener el edificio, colocados en una fachada al estilo neoclásico con influencias griegas. En el primer piso funcionaba la venta al detal y las oficinas, en el segundo la droguería y laboratorio, en el tercero el depósito y en el último era para almacén y empaque. En el lugar se vendían diversos productos importados y nacionales, incluso artefactos eléctricos,  además de medicamentos y preparados de fabricación propia como la Emulsión Pasteur y la Crema Egipcia.  Funcionó la botica en el lugar hasta 1958 cuando la familia Belloso trasladaría las oficinas a su sede de la calle Falcón, vendiendo el inmueble en 1966 y pasando de manos hasta la actualidad, el último dueño conocido fue Alejandro Tortolero quien ya falleció. En 2016 se comenzó a recuperar como parte de los planes de remodelación de la Plaza Baralt.

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