Esta es una palabra de vieja data en nuestro dialecto, era muy común en el lenguaje coloquial y aun se escucha, se le endosa a las personas irresponsables y picaras que no cumplen con sus compromisos adquiridos y que generamente no pagan a sus acreedores. Son convincentes y carismáticas lo que les permite convencer con sus mentiras a quienes incluso conocen de su fama, para obtener algún préstamo o servicio que supuestamente cancelará en un tiempo determinado posteriormente. La palabra emigró desde el léxico gallístico donde se usa frecuentemente para señalar al apostador que no cumple su promesa de pago, hecha en el transcurso de la pelea. “No le prestéis cobres a Gumersindo que es cachuero”
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