lunes, 10 de septiembre de 2012

Zambullajúa

Esta palabra ya no se escucha, desapareció junto a la tradición que la definía. Con la misma se señalaba a un muñeco de trapo de tamaño natural que representaba algún personaje no querido o que hubiese efectuado alguna acción impopular en el transcurso de los últimos meses. Se colgaba este en el palo mayor de las embarcaciones acuáticas y tras ser mostrado por algunos días mientras estos navegaban, se zambullía en el agua mientras la multitud gritaba, festejaba y le decía improperios en el muelle. Fue traída por los españoles y con el tiempo pasó a tierra siendo remplazado por la tradicional quema de Judas, nombre que junto a zambullir dio origen a la palabra compuesta que tratamos. “Este año el zambullajúa será el alcalde porque no ha hecho nada”

No hay comentarios:

Publicar un comentario