Esta palabra era de poco uso en nuestro dialecto aunque
la acción formaba parte de un entretenimiento juvenil en los años finales de la
década de los 60 y hasta mediados de los 80. Era más usada la que describía la acción
que era tocar el timbre y correr. La misma era una travesura realizada sobre
todo por muchachos en edad liceísta y consistía en tocar los timbres que se encontraban
en las entradas de la cerca de la casa y salir corriendo para no ser
reconocidos, se incluía también entre ellas el hacerlo con los
intercomunicadores de los edificios. Las viviendas afectadas eran
mayoritariamente las que se encontraban cerca de los liceos. Ya rara vez se
hace. “En la hora libre nos vamos a timbriar”
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