Esta palabra comenzó a usarse en nuestro dialecto en los años
60 y la misma se le endilgaba a los fumadores de marihuana, con el tiempo la
misma se generalizó para cualquier persona adicta y consumidora de cualquier
tipo de droga. Se usa en otras regiones y en casi toda la América hispánica, por
lo que es asimilada a nuestra habla y según algunos lingüistas la misma es una
reducción popular de drogadicto. Otros asumen que deriva de droga y señala a
quien la consume o se droga y hay quienes la colocan como una conjugación del
verbo drogar. Lo cierto del caso es que la palabra sigue siendo usada. “El
hermano de Irama se metió a drogo”
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