Esta es
una palabra de origen canario que ya rara vez se escucha en nuestro dialecto. Estos
la trajeron para señalar un pez que es común en nuestra mesa que es la lisa,
pero la que era de gran tamaño, pero nosotros le cambiamos la o final por la e
y se conoce ahora como lebranche. Pero también con la misma se les llamaba a
los animales grandes para lo regular de su especie y nosotros le agregamos a
las connotaciones anteriores el carácter de dañino de algún animal sin importar
su tamaño. “Pescamos unos lebranchos mollejúos” “Las iguanas del parque son
unos lebranchos” “Esos zancúos patas blancas son unos lebranchos”
viernes, 13 de mayo de 2016
Insoria
Esta
palabra ya no se escucha en nuestro dialecto, la misma se les endilgaba como
cualidad a las personas extremadamente irresponsables, o que se extralimitaban
en sus vicios, provocando por lo tanto el maltrato propio y de sus familiares. También
a alguien que es insoportable o fastidioso. Esta connotación al parecer es una
malformación de insornia cuyo significado es el anterior descrito En
otras regiones del país la misma es sinónimo de pizca, insignificancia o cosa
de poca importancia. Puede considerarse un venezolanismo. “Ese primo tuyo es una
insoria, bebe y juega todos los días”
Enroñao (á)
Esta
palabra ya es de poco uso en nuestro dialecto, la misma fue traída por los
canarios y se usa con la misma connotación que ellos le dan, que es diferente a
la que aparece en el diccionario de la Real Academia, ya que nada tiene que ver
con cubrir de orín algún objeto de hierro ni con roña que es suciedad o sarna lanar,
entre otras cosas. Para nosotros esta palabra indica el hecho que alguien se
encuentra muy bravo o molesto por alguna acción o con alguna persona. “Mi
abuela anda enroñá con mi tío porque la dejó embarcá” “me tenéis enroñao con
tus marisqueras”
Ni que ocho cuartos
Esta
expresión ya es raro escucharla en nuestro dialecto, aunque fu muy popular en épocas
anteriores. No es autóctona la trajeron los españoles a finales del siglo 18 y
comienzos del 19. La misma tenía sentido de descontento o inconformidad ante la
situación monetaria del momento. Nace del hecho que en esa época todo valía
ocho cuartos de pesetas, pero las condiciones económicas cambiaron provocando
el alza en los precios de todos los productos dejando estos de costar eso, razón
por la cual el descontento de la gente se hizo generalizado y se hizo popular
el dicho “Que 3 pesetas, ni qué ocho cuartos” que emigró a las colonias; aunque
acá se perpetuó a través de los años sin la frase inicial y generalizándose como
sinónimo de inconformidad ante alguna acción o hecho, fuese o no de tipo económico
o monetario. “Que vainas con vos, ni que ocho cuartos que no podéis, hacé el mandao y dejá de quejarte”
Caerse de la cama
Esta expresión
todavía es frecuente escucharla en nuestro dialecto, en la mayoría de las veces con sentido sarcástico.
Con la misma se señala el hecho que alguien que generalmente no lo hace se
despierte temprano a realizar alguna
labor. También se usa como contrasentido para referirse el que se levanta tarde
y por lo tanto no lo hace. Deriva del hecho que cuando alguien se cae dormido
de la cama se despierta producto del golpe que se da. “Mijo como que te caísteis
de la cama que estáis limpiando el patio” “Estáis depravao, te caísteis dela
cama y perdiste el transporte”
No llegáis ni a cañón sucio
Esta
expresión fue muy popular en la Maracaibo de antaño, sobre todo en el sector de
El Saladillo, de donde se cree es autóctona, pero ya es raro escucharla. La
misma no tiene nada que ver con armas aunque toma estas como referencia. Se les
endilgaba el término a las personas echonas, hablachentas, que presumían hacer
o ser cosas que no efectuaban o eran, incluso se usó en algunas ocasiones como
apodo. Tiene sentido recriminativo y de cierta manera ofensivo, ya que se usaba
en respuesta a lo antes citado. Proviene del hecho que los cañones de las armas
en ese estado no funcionan o los disparos no son precisos, aunque existe una
versión que la comparación es anterior y viene de los cañones de los barcos que
igualmente en ese estado son poco efectivos. “Te la tiráis de sabroso y no llegáis
ni a cañón sucio” “El cañón sucio de tu novio dejó un mono a que el italiano”
Ser cantante de opera
Esta expresión
ya es raro escucharla en la ciudad, tal vez porque el género que nombra ya no
es tan frecuente en la misma. Lo cierto es que en nuestro dialecto el señalarle
a alguien esto en ningún momento significa que la persona a la que se le
endilga sea artista o cantante de este género musical teatral, oriundo de
Italia, sino que es alguien incumplido,
cuentero o embustero, que no lleva a cabo los compromisos o las promesas
hechas. Deriva esto del hecho que el género nombrado, muy popular en épocas
anteriores en la ciudad, recrea historias que son cantadas por sus
protagonistas y que las mismas son generalmente ficciones. Se le endilga a personas de ambos géneros.“No contéis con
Federico para ir a ningún lado, porque ese es cantante de ópera” “Vos sois
cantante de ópera así que no me vengáis a mariar con tus cuentos”