Esta
expresión ya es raro escucharla en nuestro dialecto, aunque fu muy popular en épocas
anteriores. No es autóctona la trajeron los españoles a finales del siglo 18 y
comienzos del 19. La misma tenía sentido de descontento o inconformidad ante la
situación monetaria del momento. Nace del hecho que en esa época todo valía
ocho cuartos de pesetas, pero las condiciones económicas cambiaron provocando
el alza en los precios de todos los productos dejando estos de costar eso, razón
por la cual el descontento de la gente se hizo generalizado y se hizo popular
el dicho “Que 3 pesetas, ni qué ocho cuartos” que emigró a las colonias; aunque
acá se perpetuó a través de los años sin la frase inicial y generalizándose como
sinónimo de inconformidad ante alguna acción o hecho, fuese o no de tipo económico
o monetario. “Que vainas con vos, ni que ocho cuartos que no podéis, hacé el mandao y dejá de quejarte”
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