Esta palabra es asimilada a nuestro dialecto, es de origen castizo y la trajeron los españoles para señalar a la mosca que es un poco mas grande que la normal a quien también llamaban, moscardón. Igualmente de manera coloquial se lo endosaban a la persona impertinente, sobre todo al enamorado que persistía a pesar de la negativa de la pareja. En nuestro dialecto no es tan extremo la ultima connotación y se le aplica simplemente al hombre persistente por el amor de una mujer, sin que eso significara ser impertinente. “Anoche había unos moscones raros” “Te llama el moscón de Andrei”
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